De chiquitos jugábamos
y éramos como hermanos,
tus muñecas peinábamos
y hacíamos sombras con las manos.
Pasaron unos años
y seguíamos jugando,
nos sentíamos extraños
algo nos estaba pasando.
Al entrar en la adolescencia
sucedió algo muy obvio,
despertó nuestra conciencia
y me llamaste tu novio.
Ese fue un largo año
que nos sirvió para confirmar,
todo el cariño de antaño
y este nuevo mundo de amar.
Ya se nos habia pasado
la edad de la inocencia,
los cuerpos habían cambiado
y notábamos la diferencia.
ese día sin pensar
fue demasiada la atracción,
nos libramos al azar
y se desato la pasión.
Sentimos que era algo distinto
y sin ninguna experiencia,
nos guiamos por nuestro instinto
y abandonamos la inocencia.
Fue algo maravilloso
y lo decimos sin temor,
fue el momento más hermoso
que ha sellado nuestro amor.
Adrian Correa
01/01/2009
y éramos como hermanos,
tus muñecas peinábamos
y hacíamos sombras con las manos.
Pasaron unos años
y seguíamos jugando,
nos sentíamos extraños
algo nos estaba pasando.
Al entrar en la adolescencia
sucedió algo muy obvio,
despertó nuestra conciencia
y me llamaste tu novio.
Ese fue un largo año
que nos sirvió para confirmar,
todo el cariño de antaño
y este nuevo mundo de amar.
Ya se nos habia pasado
la edad de la inocencia,
los cuerpos habían cambiado
y notábamos la diferencia.
ese día sin pensar
fue demasiada la atracción,
nos libramos al azar
y se desato la pasión.
Sentimos que era algo distinto
y sin ninguna experiencia,
nos guiamos por nuestro instinto
y abandonamos la inocencia.
Fue algo maravilloso
y lo decimos sin temor,
fue el momento más hermoso
que ha sellado nuestro amor.
Adrian Correa
01/01/2009
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