jueves, 28 de mayo de 2009

Vida de pescador

Eres amigo del alba
tu deber es madrugar,
sin prisa todo con calma
esa es tu forma de actuar.

Con tu carga calle abajo
con un seguro caminar,
dirigiéndote a tu trabajo
que es tu encanto, el mar.

Allí te espero tu barco
y el deber de revisar,
las redes y ese viejo casco
al que el agua no ha de entrar.

Tú realizas tu trabajo
de una forma artesanal,
tus manos y el bote bajo
son todo tu capital.

Llego el momento esperado
es la hora de zarpar,
con todo bien amarrado
y comenzando a encarnar.

Confiando en tu experiencia
escoges un buen lugar,
armado de gran paciencia
tiras las redes al mar.

También arrojas anzuelos
con el manjar tan preciado,
y comienza ahora el duelo
de engañar a los pescados.

Pitando un buen cigarro
y con un trago de alcohol,
esperas ese milagro
disfrutando del gran sol.

En tan solo un par de horas
la gran espera termina,
todo se hace sin demoras
sabiendo lo que se avecina.

Por el peso de las redes
sabes de tu gran captura,
ahora recular no puedes
te espera una tarea dura.

Tu bote se esta llenando
de peces y fantasías,
sabes que estas ganando
para tu familia alegrías.

Llega el gran regreso
a ese muelle compañero,
que conoce tu progreso
y desde niño tú esmero.

Un cortejo de gaviotas
acompañan tu llegada,
como centinelas remotas
de esta pesca tan osada.

Firme te espera ansioso
él camión que comprara ,
tu trofeo tan hermoso
que con gusto abonara.

Han rendido tus carnadas
y tu bote se ha llenado,
pero recuerdas las jornadas
que las redes solo has mojado.

Hoy la dicha te acompaña
rumbo a tu casa caminando,
pues sabes que nada empaña
lo que hoy estas disfrutando.

Adrian Correa
22/12/2008

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