lunes, 25 de mayo de 2009

Amigo mar


De chico te conocí
de tu presencia sabía,
en el vientre de mi madre
tu frescura presentía.

Acompañaste mis juegos
cuándo a hablar comenzaba,
al poder decir tu nombre
cuanta felicidad me daba.

En la adolescencia fuiste
cómplice de mis amores,
y muy fiel confidente
de mis peores errores.

Por las cosas del destino
nos tuvimos que alejar,
tu frescura y tus caricias
mi mente no ha de olvidar.

En el silencio de la noche
me duele el no escuchar,
tu rugir tras la tormenta
retándome por no estar.

Pero el día ya se acerca
el reencuentro será hermoso,
con tus olas besaras
mi cuerpo lleno de gozo.

Adrian Correa
28/11/2008

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