viernes, 29 de mayo de 2009

Solo un instante

Las olas mojándome los pies y la brisa acariciando mis mejillas,
me hicieron sentir la libertad, del sol amable cuando brilla.
Las gaviotas volaban saludando al cangrejo cerca de la orilla,
y una roca inmóvil pero viva, jugaba con la arena a hurtadillas.

Sentí la plenitud del horizonte y el ruido de las nubes al moverse,
las hojas de los árboles miraban, como el viento comenzaba a adormecerse.
Sentí toda la paz que anhelaba y el tiempo comenzó a detenerse,
ese momento que yo tanto deseaba, comenzó esa tarde a aparecerse.

Como siempre en la vida sucede, no dura mucho lo bueno,
debía aprovechar ese instante, poniendo mis sentidos a pleno.
Los sonidos endulzaron mis oídos, con mis manos acaricie el terreno,
sentí el gusto y el olor de las olas y mis ojos te recorrieron sin freno.

Comprendí en ese momento que mi vida tenía sentido,
tan solo por ese pequeño minuto, yo merecía estar vivo.
Hoy sigo con mi rutina de trabajo y mucho atavió,
pero me queda el recuerdo, de ese instante que fue mío.

Adrian Correa
09/12/2008

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